A las 3.30 suena el despertador… brrrr…. Qué
perezón!! Pero el machibombo sale a las 5 y hay que llegar con tiempo para
conseguir billete. Soraya nos lleva a la parada del autobús y Peter se viene
con nosotras porque tiene que renovar su residencia en Mozambique en Maxixe,
lugar desde nosotras cogeremos un bote chapa para cruzar a Inhambane y de allí
otra chapa Tofo.
Machibombo a
Maxixe: 300/pax
Chapa bote
Maxixe- Inhambane: 12,5/pax
Tuc tuc
Inhambane- Tofo: 500 las dos
Gemma se despierta eufórica y muy habladora, Peter
difícilmente le sigue las bromas… Llegamos al autobús que está ya abarrotado,
nos vuelven locas con las maletas de aquí para allá hasta que las meten en un
hueco que queda por algún sitio. Las metemos en bolsas de basura porque el
maletero huele a pescado que mata!! Pero de nuevo volveremos a tener suerte y
saldrán intactas!
Subimos al autobús y nos sorprende ver un montón de
asientos espacios sin asientos y éstos amontonados en la entrada…. Más tarde
entenderemos porque esto es así… no se les ha ocurrido otra cosa que para
controlar la entrada del pasaje quitar todos los asientos y al que tiene un
billete comprado darle un asiento para que lo coloque…. Puede haber método más
absurdo???
Para nosotros, de momento, parece que no hay sitio,
así que nos tocará ir de pié. A Peter se le ve agobiado… Cuando la gente se va
acomodando viene el que hace de revisor y nos dice que hay tres sitios, así que
vamos a sentarnos en el último asiento los tres juntos, qué bien! Pero esto no
iba a acabar tan fácilmente…. A los cinco minutos viene un tipo con cara de
pocos amigos y nos dice que nos levantemos, que el asiento es suyo! Nosotros
tratamos de explicarle que el revisor nos ha colocado aquí, pero no parece que
le sirva la explicación, así que Gemma se levanta para dejarle sentar, la
sorpresa llega cuando vemos que coge el asiento y se lo lleva….. :-/ Cuando
decía que el asiento era suyo, ciertamente se refería al asiento!!! Nos quedamos
con cara de tontos y un asiento sin asiento en el que es imposible sentarse….
Hasta los locales están flipando con la escena…. Pero si pensáis que todo acabó
aquí, estáis equivocados…. A los cinco minutos vemos acercarse a una mujer
mayor sorteando gente y obstáculos que ocupan todo el espacio central, nos
preguntamos a donde irá… Pues bien, viene a sentarse al asiento sin asiento.
:-/ Le decimos que es imposible sentarse en ese amasijo de hierros, pero ella
dice que se encuentra fatal y que necesita sentarse, así que se quita todas las
pasminas que lleva, las amontona en los hierros y se sienta encima… Gemma
mientras tanto de pié y Peter y yo cada uno a un lado de la señora que claro,
queda como 20 cm
por debajo nuestro… La escena es realmente hilarante. A mi otro lado se sienta
una mami que no para de protestar y de gruñir por lo mal organizado que está
todo. El autobús por fin se pone en marcha, pero la parodia del solicitado
asiento no había concluido aun…. Al poco de salir vemos a un chico joven que va
con un asiento en la mano tratando de moverse por el abarrotado pasillo… parece que busca a qué respaldo corresponde
su asiento para sentarse, no sabe que tendrá que recorrer todo el autobús para
encontrar a la señora que ocupa el asiento sin asiento y que está escondida 20 cm más abajo que el
resto…. Nosotros contemplamos la escena con calma, esperando el desenlace.
Cuando ya se va acercando el chico con su asiento pero sin sitio junto con el
revisor la mami de mi izquierda ya se calienta y empieza a echarle peazo
rapapolvo al revisor. Éste es un chico joven que como buen africano guarda
enorme respeto por los mayores y acata la autoridad de la mami chillona bajando
la cabeza… la escena es de traca. La mami le ordena que hagan llegar el asiento
para la señora que está mala y que la dejen de una vez tranquila. Así que el
chico le pide el asiento al otro y se lo hacen llegar a la mujer enferma que
por fin se sienta a nuestra altura… Luego vemos como el revisor trata de
explicarle al chico del asiento sin asiento que a pesar de haber comprado el
billete por adelantado va a tener que ir de pié todo el viaje, el otro no queda
nada convencido… La escena es brutal y los comentarios de la gente del autobús
hilarantes… Buñuel de esto hubiera
conseguido un Goya!!
Bueno, parece que por fin la cosa se normaliza,
Gemma se empeña en ir de pié y nosotros tratamos de dormitar. A mitad de camino
le cedo mi sitio a Gemma y soy yo la que voy de pie, esta posición privilegiada
te permite observar tranquilamente a la gente, y en realidad es muy
entretenido. Siempre me sorprende en África la actitud de los niños; estaba el
autobús lleno de niños y no oímos llorar a ninguno en todo el viaje. Incómodos,
en posiciones anómalas encima de sus madres, sin poder moverse.. y allí no dice
nadie ni mu, es alucinante. Todo empieza cuando son bebes y los llevan a la
espalda sin rechistar. Esa capacidad de aguante y el enorme respecto que
sienten por los mayores, sean parientes o sean desconocidos, me admira de los
niños africanos y lo echo de menos en los Europeos… Supongo que tiene un lado negativo; desde
pequeños aprenden a controlar sus sentimientos y no expresarlos en público,
pero la estoicidad con la que llevan las frustraciones es digna de admirar.
El viaje no se hace demasiado pesado y en tres
horas llegamos a Maxixe. Allí Peter nos acompaña al embarcadero para coger el
bote chapa. Nos despedimos de él con cierta pena porque se han portado muy bien
y cogemos el bote junto a 70 personas más amontonados unos al lado de los
otros.
En 25 min llegamos a Inhambane y allí decidimos coger un tuc tuc
(rickshaw) para probar todos los medios de transporte. Éste tardará unos 45
minutos en llevarnos a Tofo.
El paisaje ha cambiado bastante, esta zona es más
seca y está poblada de cientos de cocoteros. Las construcciones de paja y
cañizo han dejado de ser circulares y vuelven a ser rectangulares.
En Tofo nos deja en el mercado central donde nos
vendrá a buscar nuestro anfitrión. Esta vez hemos reservado a través de un
buscador de apartamentos AIRBNB porque los alojamientos turísticos en Tofo eran
carísimos. Este buscador nos lo recomendó Miren, la del novio Mozambiqueño, y
la verdad que el primer uso nos da un resultado fabuloso!! Alquilamos una
habitación con baño a pie de playa que es una preciosidad por 33$. Es una
página en la que gente ofrece una habitación de sus casas para gente de fuera,
en realidad intuimos que se trata de alojamientos turísticos no reglados (tipo Uber
en los coches), pero a nosotras nos ofrece una oportunidad fantástica a un
precio estupendo.
Aaron, el
chico que nos viene a recoger, es un americano encantador que nos ofrece todo
tipo de explicaciones y facilidades, es muy amable y simpático. La habitación
está maravillosamente decorada y en una localización inmejorable, así que
quedamos encantadas y desde ya le decimos que nos quedaremos al menos 3 días.
Descansamos un poco y nos vamos a ver el pueblo.
Tofo es una pequeña localidad costera con un ambiente muy hippy, parece que
hemos cambiado de país y estemos ahora por Jamaica o así… La proporción de
ejemplares de raza blanca casi supera a los de negra… de verdad estamos en
Mozambique?? Semejante concentración de turistas nos tiene anonadadas, después
de tan tranquilo viaje.
Tofo es famoso por su fauna marina y por su playa.
Hay múltiples escuelas de buceo que atraen a gente de todo el mundo y la playa
la forma una bahía que tranquiliza las bravas aguas de alta mar y asegura una
playa tranquila y hermosa. El lugar la verdad que merece la pena. El pueblo es
pequeño y se sitúa rodeando la larga playa. La colocación de las casas es
totalmente africana, eso sí, una sobre otra, sin orden ni concierto, creando un
entramado de callejuelas que obviamente Google maps es incapaz de reconocer.
Nuestra casa, sin ir más lejos, está en medio de ese amasijo de casas unidas
por imbricados caminos. Para bajar a la playa tienes que pasar por otra casa
particular y usar su puerta exterior y para salir a la calle superior, lo
mismo.
Como pueblo costero turístico, tiene multitud de
restaurantes, bares, negocios de buceo y snorkel y hasta una agencia de
viajes!! Pero mantiene un toque africano muy agradable, no hay edificios altos
y la mayor parte de las casas están construidas con techos de paja.
Comemos algo en el Zanzi Beach Restaurant, a pie de
playa. El restaurante es bonito y el servicio, como en la mayor parte de los
lugares que hemos estado en este país, muy agradable. Ciertamente Mozambique
destaca por la amabilidad y cercanía de sus gentes. La comida: excelente. Gemma
se come una garropa (peixe) a la brasa con batata hecha también a la brasa y
una ensalada riquísima y yo decido probar las tapas variadas; me sacan dos de
cangrejo, dos de atún y dos de pulpo: buenísimas todas! Un acierto el primer
sitio que pisamos y sin mirar tripadvisor!
Por la tarde pateamos un poco el pueblo y la playa,
compramos algo de fruta en el mercado y nos vamos a la habitación a prepararla,
que estamos muertas! La fruta fabulosa: papaya, bananitas y unos tomates con
aguacate que quitan el sentío!! Eso acompañado de jamoncito y fuet español… qué
os voy a contar!!
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